Allí estaba, con su aura mística, Él se había hecho presente en cuerpo y alma. La consagración en nuestra mesa hizo que aquello que tanto habíamos deseado a lo largo de los diferentes ágapes celebrados se hiciera realidad en la fecha sagrada.
Aunque hay un pero: allí estábamos una minoría. La fatalidad se había confabulado y la aparición se deslució con ausencias muy justificadas. Lo volveremos a convocar.
El objeto de la tertulia de este mes fue “Una novelita lumpen», una novela corta de Roberto Bolaño, publicada en 2002. La crítica elogió esta obra por su estilo único y su narrativa experimental. El libro cuenta la historia de un grupo de jóvenes marginados en busca de su lugar en el mundo, y se ha comparado con las obras de autores como William S. Burroughs y Samuel Beckett. Algunos críticos han señalado que la novela es una crítica social de la sociedad chilena de la época. Otros han destacado la habilidad de Bolaño para capturar el espíritu de la juventud y la búsqueda de identidad. Otros han destacado su habilidad para crear personajes complejos y su capacidad para explorar temas universales a través de una variedad de géneros literarios.
“Toda escritura es una marranada”. Cita de Antonin Artaud al principio de la novela. Bianca (la protagonista) sufre descenso a los infiernos y a la degradación en medio de ruta aciaga hacia ningún lugar. Su degradación se manifiesta en la falta de ambición, en la imposibilidad de cambiar una vida que no le gusta y en la incapacidad para dejar de acostarse con el primer ser anónimo que entra en su cama.
Los dos párrafos anteriores están entresacados de críticas encontradas en internet. En el caso de los tertulianos, la crítica no fue tan favorable. Lo más repetido fue que es una novela menor con personajes incompletos y poco elaborados. En su descargo: Bolaño la escribió por encargo. La obra le fue solicitada por el director de la editorial Mondadori que pretendía crear una colección de libros relacionados con distintas ciudades. Bolaño eligió Roma, aunque la utiliza sólo para nombrarla porque, lo que es conocerla, la conocía poco. En resumen, no es de lo mejor que escribió Bolaño, aunque en algunos párrafos muestre su maestría para contar historias.
Siguiente parada, “El sótano”, de Thomas Bernhard. Para animarnos.