SOPA DE AJO, Autor; Víctor Briones

Este poema guarda un hilo

roto que se engancha al cuerpo

y lo desmiente

lo separa lo desmorona lo planta

ante la evidencia del desuso

lo derrumba

lo recoloca

trae rumores

teje un capacho de malas hierbas

para acunar los surcos

para aferrar el terrón

en el bancal de arpillera

trae el golpe de la azada

sobre el relieve doméstico del ahora

la chispa sin mango y el coñac

que resucita el habla de los muertos

Este poema pertenece

a otro mundo es ungüento y es receta

es tinaja y conjuro y exorcismo

va de legumbres y orzas de una despensa profunda

que guarda el invierno el mejor escondite

aceite y agua montañas de grano y almendruco

techos altos para la mula el calor de la boñiga

colchones de borra herraduras y esparto

alforjas

va de reclinatorios rosarios y el ángelus

de huerto humilde al que se llega

por la vereda después del puente

romano después de la acequia

después de la mobilete del pan duro

de un mundo fósil de unas manos de artritis y bacalao seco

también de otros verdes y huellas y restos la era

tomillo oscuro sobre lascas

manzanilla amarga de contrabando

sin restos de cal con otra luz

niños que buscan la zarza la piedra del tronco que huyen y nadie los echa

de menos hasta que cae la noche sobre el verano

con mandiles y miga con leche

para que purguen los caracoles nata color de orilla

verde el otro verde y canto pulido pasto y río

seco lecho de huesos a la espera

de la cigüeña ensartando calabazas

en el vergel de la iglesia en el bando

las muertes todas los natalicios todos todo el pueblo en la calle

charanga y piscina polar

jugaremos a las cartas comeremos albérchigos

ñora tomate los maíces la casa

del jubilado junto al abrevadero rescoldo

más restos más huellas más tiempo concédeme más tiempo

de queso que se regala de Nieves

que se deja caer en misa con un ataíllo de puerros dónde vas

amante

del mercedes negro del cura

de las manos mortaja en la paloma

del suelo en la barra de aluminio la bota de la primera pantalla

mosto y muerte este poema

a fuego lento

leña de olivo piel de una mujer que soy que hace

siglos que lo comenzó todo

que hace manos media boca

gesto pámpano que envejece a fuego lento

con hollín sal y ajo cocido

la plaza y el frontón para la orquesta si llueve

del pueblo de al lado del conflicto de cómo se pudre

a fuego lento

el obrador del súper en el cruce del aperitivo

del mastín y sus rebaños

de las camas

niqueladas veraniles

chuletillas sobre brasas de sarmiento

de cuando la casa del regazo central telefónica

de los encierros servilletas de comer capotes burladeros en las puertas

recortadores del paladar un huevo frito comunitario uvas para el racimo

de azúcar para cazar moscas de moscas para peces de peces imposibles

del que compraba pelo para espantar jabalís

olvidar la tierra entre las uñas

Este poema se sorbe

con cuchara de palo

se chupa

como el tuétano y las cabeza de pescada

trata de lo que no supe y ahora

me derriba

cada vez que repito el cocimiento

que alimentó las hambres de mi abuela

que hoy asoma en las manos de mi madre

y sustenta este cuerpo que se agota

Víctor L. Briones

(Este poema, tal y como nos informa el autor, conforma un díptico con un poema anterior, VERANOS, TRAJES REGIONALES Y COCHES VIEJOS, que, en su día, publicamos en este blog; parece lógico que se lean uno en relación con el otro, por eso, te dejamos el enlace con el poema anterior:

https://yukalipaginaliteraria.com/2020/02/10/veranos-trajes-regionales-y-coches-viejos-autor-victor-l-briones/ )


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