LA ABADÍA DE FONTEVRAUD, Autoría: Aetheria

Imagen y Palabra: la Abadía de Fontevraud

“Nunca ningún preso puede hablar de su suerte
más que con el dolor del que sufre;
pero con el objeto de calmar sus penas puede componer una canción.
Muchos amigos tengo; pero poco me favorecen
l
“No men who’s jailed can tell his purpose well
adroitly, as if he could feel no pain;
but to console him, he can write a song.
I’ve many friends, but all their gifts are poor.”

Ricardo Corazón de León. Nunca ningún preso.

La Imagen:

En el Valle del Loira, el vergel de Francia, aún pervive la ciudad monástica medieval de Fontevraud, que fundó hace más de diez siglos el predicador itinerante Robert d’Arbrissel. La abadía está construida con pizarra y una suave piedra caliza, cuyas porosidades han quedado impregnadas de historias de reyes y reinas. La Casa de Plantagenet, la dinastía inglesa de corazón francés, protegió y benefició a Fontevraud. Fue allí donde quiso pasar sus últimos años la reina Leonor de Aquitania, cuando ya octogenaria, regresó de su último viaje a Castilla. También eligió Fontevraud cuando hubo de enterrar a su hijo favorito, Ricardo Corazón de León, el rey de las Cruzadas. Fue una flecha lanzada por un niño la que provocó la mortal infección. Ricardo murió en los brazos de su madre una tarde de abril de 1199. Hoy visito la abadía. Suenan las campanas, el sol se filtra por una ventana iluminando la piedra centenaria, el aire es frío. En la gran nave central de la iglesia reposan en tumbas policromadas los Plantagenet: los reyes Enrique II de Inglaterra y Leonor, su hijo Ricardo y su nuera, Isabel de Angulema, que fue esposa de Juan Sin Tierra. La efigie de Leonor sujeta entre sus manos un libro abierto con una tranquilidad sólo posible para quien ya es inmune al tiempo. 

La palabra:

Bien parecido, enérgico, gran guerrero, carismático y a la vez irascible y desconfiado, Ricardo Corazón de León (Oxford 1157-Chaluz 1199), mostró además gran interés por la lectura y la poesía. Como su bisabuelo, Guillermo de Aquitania, tenía alma de trovador. En una ocasión, Ricardo, que atravesaba Alemania de incógnito, fue hecho prisionero por el Duque de Austria al que habría insultado gravemente durante una cruzada. Al no conocerse su paradero, se dio a Ricardo por muerto. Su madre se negó a creerlo: “Mi corazón no me lo ha dicho todavía”, afirmó Leonor de Aquitania.  Se cuenta que el trovador Blondel, muy cercano a Ricardo, partió en su busca. Incansable, recorrió Alemania hasta que al llegar a un lugar llamado Lofenstein oyó que un prisionero ilustre estaba encerrado en el castillo. Hasta allí se acercó Blondel y entonó una canción que había compuesto con Ricardo. Cuando oyó una voz que le respondía desde el castillo con la siguiente estrofa del canto, Blondel comprendió que había encontrado a su rey. Durante su cautiverio, Ricardo Corazón de León compuso canciones para aliviar la pena, como esta escrita en 1192: “Muchos amigos tengo, pero poco me favorecen / Vergüenza para ellos si por falta de rescate estoy hace dos inviernos prisionero. / Que lo sepan, pues, mis deudos y mis barones, ingleses y normandos, poitevinos y gascones.”

(Si queréis conocer algo más sobre Aetheria os dejamos el enlace directo con la página web: https://aetheriatravels.com/aetheria/ , os gustará.)


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