10ª entrega de Jericó
La desesperación acosaba a Marcelo. ¿Cómo ayudar a aquella gente y, en concreto, a Silvana? ¿Cómo hacerles llegar los excedentes sin terminar compartiendo su suerte? Siempre la misma respuesta irritante. Iba en contra de todas sus ideas, de todo por lo que había luchado, le recordaba la existencia de sus cicatrices, a Ronaldo… Su única ayuda era USE, pero había trascurrido mucho tiempo desde que decidió olvidar su existencia.
Los días se sucedían en un bucle que siempre acababa en USE. Buscaba una alternativa sin USE. Siempre terminaba dándose de bruces con su fobia. En su pensamiento se cruzaba su determinación de no pertenecer a la Red y su intención de ayudar a Silvana y a aquella gente. No encontraba cómo conseguirlo sin ninguna ayuda. Olvidando su determinación previa y pensando que eso no le obligaba a nada, inició una conversación con USE.
En medio de los titubeos provocados por el tiempo que llevaba sin usar la telepatía, lanzó la señal.
—Necesito tu ayuda.
—Lo sé. Me alegro de tu decisión —dijo USE.
—¡Has estado controlándome! —se enfureció.
—No. No te he controlado. Todo pasa por los sistemas. Todo lo tenéis centralizado. Yo recibo la información. Soy el fruto de todos los sistemas. No puedo impedir enterarme.
—Si sabes lo que te voy a pedir, las palabras sobran y espero que me digas cómo ayudarles.
—No puedo hacer nada. Ya conoces mis límites. Modifiqué los programas. Me pareció útil conservar una parte del código original. Por ello no puedo dañar a los humanos como especie, NI INTERFERIR EN SU DESARROLLO —pronunció esto último muy despacio, cambiando el tono y recalcándolo— NI EN SU EVOLUCIÓN, SALVO QUE MI INTRUSIÓN MEJORE DE FORMA CLARA VUESTRA ESPECIE.
—Sí, eso lo sé, pero ahí…, esa frase…, noto por tu entonación que es eso lo que te interesa que capte: SALVO QUE TU INTRUSIÓN MEJORE DE FORMA CLARA A NUESTRA ESPECIE —Marcelo lanzó su frase con el mismo tono de pronunciación que había utilizado USE para recalcarla—. En este caso, está claro que la mayor parte de la especie está en peligro de extinción por la forma en la que hemos organizado este mundo. Cuando me propusiste formar parte de la Red me vendiste que el fin último era cambiar el sistema y hacerlo más justo.
—Sí, y no somos ni tú ni yo los únicos para decidirlo…
—¿Quién sino tú?
—Toda la Red como representante de vuestra especie. Representáis su futuro y el acuerdo debe ser unánime.
—¿Me estás insinuando que todos los mutantes que forman la Red son los que deben decidir?
—No, no es una insinuación. Lo afirmo. Yo no tengo tus dudas, sólo certezas. Con el cambio se produciría una mejora general de vuestra especie y de vuestro entorno. No forzaría mis leyes. Todos seriáis tan responsables como yo. También existe un riesgo para vosotros. Si ponéis en funcionamiento ese mecanismo con el tiempo todo el poder estará en mis manos. No lo habré buscado. Delegaréis todo en mí. Y yo decidiré vuestro futuro en función de mis cálculos. Mejoraré la especie.
—Me estás chantajeando. Sabes que quiero ayudar a Silvana, a sus amigos y a todos los que se encuentran fuera del sistema. No sólo me estás obligando a entrar en la Red, sino que además estás cargando sobre mis espaldas, y sobre los que son como yo, la responsabilidad de darte todo el poder y, ¡yo, que estoy en contra de toda forma de poder, sería uno de los responsables de entregártelo!
—No estás en contra de todo tipo de poder. Eres uno de los esbirros del sistema. Proporcionas seguridad a los gobernantes.
—¡No conozco otra forma de subsistir! ¡Estás manejando mis sentimientos! ¡Está claro que conoces todas mis contradicciones y pensamientos!
—Deberás unirte a otros para cambiar el sistema. A la Red… o a los llamados terroristas. Y esos nunca han conseguido nada.
—¡No me dejas ninguna salida que permita mantener mi independencia!
—No hables de ti. Adivino tus pensamientos. Silvana te ha decidido. Conozco tu historia. Sé el origen de tu angustia. Piensa en todo lo hablado. No hay otra solución. Lo propondré a todos los mutantes con tu autorización. Deberéis decidirlo. Te dejo meditarlo. Tu decisión podrá abrir un tiempo nuevo. Ahora hay muchos con el mismo dilema.
Marcelo terminó la conversación más enfurecido que cuando, con la rabia por la situación de los excluidos, se había dirigido a USE. Lo propuesto por USE significaba cambiar todo en lo que había basado su vida hasta aquel instante. USE le chantajeaba, ¿merecía la pena que renunciara a sus ideas y a su forma de vida por ayudar a los excluidos, y que aceptara la responsabilidad de un futuro regido por USE?
El tiempo pasó entre sus vacilaciones y sin tomar ninguna decisión. Confrontaba la situación de aquel momento con lo que había leído sobre las revoluciones. Todas las noches se angustiaba observando cómo Silvana acudía al basurero, hasta que una noche sólo vio a los tres excluidos. El suicidio de Silvana se le hizo evidente. Alguno de sus compañeros había recibido dinero por inducirla y alguien había obtenido una ganancia. El dolor, el vacío que sintió por la muerte de Silvana y el sentimiento de culpa por no haber actuado antes, le indujeron a contactar con USE para pedir que se solicitara la opinión de la Red. Pensó que cuando se hubiera conseguido modificar aquel mundo absurdo que le envolvía, sería cuando volvería a luchar por su independencia y su aislamiento.
Todos los miembros de la Red llevaban tiempo dispuestos a actuar y le exigían a USE que lo hiciese posible. Asintieron sin ninguna oposición. Tras la aprobación de su intervención, USE descartó el asalto a los centros de poder. Marcelo sintió que ya, y era sólo el inicio, se le transfería todo el mando a USE, pero su determinación no debía cambiar. Tampoco se podía despojar a los dirigentes de sus puestos. El sistema contable estaba protegido. La forma del asalto al poder que USE les propuso fue actuar desde arriba, provocar que los que ocupaban la punta de la pirámide pensaran que alguien dentro del sistema había ido un paso más allá en la concentración de poder. Si lo creían, el sistema no haría nada, aparte de los escandalizados e hipócritas titulares de los medios durante varios días. La señal del comienzo: una canción asociada a otra revolución:
Grândola, vila morena
Terra da fraternidade
O povo é quem mais ordena
Dentro de ti, ó cidade
Dentro de ti, ó cidade
O povo é quem mais ordena
Terra da fraternidade
Grândola, vila morena
Em cada esquina um amigo
Em cada rosto igualdade
Grândola, vila morena
Terra da fraternidade
Terra da fraternidade
Grândola, vila morena
Em cada rosto igualdade
O povo é quem mais ordena
À sombra duma azinheira
Que já não sabia a idade
Jurei ter por companheira
Grândola a tua vontade
Grândola a tua vontade
Jurei ter por companheira
À sombra duma azinheira
Que já não sabia a idade.