DESPOJADOS
«Sacudid del corazón la basura de las palabras».
Boris Pasternak
Preséntate desnudo, deja sobre la cama tu ropa y tu ira.
Acércate libre de la rabia y sacude la basura de las palabras,
De tu corazón roto, de tu cabeza herida.
Acércate despacio y deja que te abrace.
Deja que solo nuestros cuerpos hablen, en silencio.
Que solo se escuche el compás de tu pecho junto al mío.
Halla consuelo en mi abrazo, y amor, y ternura.
Déjame que me vierta en ti, que en ti halle esperanza,
Despojados ambos de lo inútil de las palabras.
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MIS VENAS ABIERTAS
«En nuestros días hasta el aire huele a muerto: abrir la ventana, es abrirse las venas.»
Boris Pasternak
Cerré la puerta, las ventanas, escondí el candado de las rejas.
Bajé las persianas y tapé las rendijas con harapos.
Me escondí bajo la cama tapándome los oídos.
No quería oír, ni oler, ni ver, el rojo de la sangre.
Ni los gritos, ni los tiros, ni el llanto de los niños.
Cerré la puerta, las ventanas, escondí el candado de las rejas.
Pero mis sentidos permanecían abiertos,
Y por ellos entraban los gritos y los olores, el dolor y el miedo,
Como un torrente de color rojo sangre escapando de mis venas.
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APAGO LAS LUCES Y APARTO LOS VISILLOS
«Recojo todo el silencio de la noche»
Anna Ajmátova
Apago las luces y aparto los visillos. Apoyada en el alféizar, miro hacia la oscuridad de la noche.
La silueta de la sierra, iluminada por las nieves recientes, destaca lejana, atrapando a la luna entre los picos más altos.
La estela de un avión la atraviesa en dos y rompe el silencio. Lo veo alejarse llevándose mis pensamientos enredados en sus hélices.
Oigo el maullido aterido de un gato y el murmullo lejano de una televisión con programación de sábado noche.
Cierro la ventana, bajo la persiana y, ya entre las sábanas, cierro los ojos.
El único ruido que escucho es el persistente de mi oído izquierdo, que me trae el eco de las olas de tierra adentro.
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Isabel Jiménez