Estos que ves ahora deshechos, maltrechos, furiosos, aplanados, sin afeitar, sin lavar, cochinos, sucios, cansados, mordiéndose, hechos un asco, destrozados, son, sin embargo, no lo olvides, hijo, no lo olvides nunca pase lo que pase, son lo mejor de España, los únicos que, de verdad, se han alzado, sin nada, con sus manos, contra el fascismo, contra los militares, contra los poderosos, por la sola justicia; cada uno a su modo, a su manera, como han podido, sin que les importara su comodidad, su familia, su dinero. Estos que ves, españoles rotos, derrotados, hacinados, heridos, soñolientos, medio muertos, esperanzados todavía en escapar, son, no lo olvides, lo mejor del mundo. No es hermoso. Pero es lo mejor del mundo. No lo olvides nunca, hijo, no lo olvides.
Max Aub, CAMPO DE LOS ALMENDROS
Aniversarios, conmemoraciones, efemérides…
Fechas en las que mirarse tal y como si lo hiciéramos en el espejo del agua, imagen nunca fija, siempre deforme, siempre en formación; Fechas para helarse, para reír, para sangrar, para arder, para petrificarse,
La Memoria individual es terreno movedizo, la habitan sombras de todo tipo: fantasmas perennes, imágenes grabadas con cariño, la fragilidad de un amor, la cicatriz de un fracaso o el silencio de un desencuentro, y cómo no, el paso del tiempo por la piel y los sentidos; La Memoria colectiva, por el contrario, o se desdeña como si no existiera o fermenta año tras año hasta convertirse en vino o vinagre que de todo hay, luego se envasa y se etiqueta ligada a una fecha en la que concentrar ideologías o creencias, por norma, se ensalza al vencedor, se silencia al vencido,
Llueve sobre mojado,
Hoy tendría que ser un día más del calendario, una fecha sin mención especial alguna, pero corren otros tiempos y algunos la ensalzan, la alaban y la muestran con alborozo, pero lo cierto es que solamente lleva consigo una carga añadida ¡de indignidad y de traición!; Hoy, hace exactamente 83 años, la Historia da cuenta de uno de esos hechos vergonzosos en los que triunfó la ignominia de una caterva de sediciosos golpistas, de militarotes fascistas empeñados en añadir un episodio más de oprobio a la Historia de españa (la minúscula),
Literatura, por favor,
Max Aub se internó en el Laberinto de aquellos días, de aquellos tres años fatídicos y salió del mismo con seis grandes novelas que retratan su tiempo y que no dejan ninguna duda acerca de lo gran escritor que demostró ser: meticuloso con la historia que narra, abierto a nuevas formas, exuberante en el lenguaje, y, como siempre, entregado por completo a la coherencia entre el pensamiento ético y la acción política —cuánta escritura de este tipo se necesitaría para este mundo sin pasado—; obras para leer y paladear, fragmentos entrecomillados para refrescar memorias,
Vivió el drama en primera persona,
Tiempos convulsos en los que, huyendo de cualquier discurso complaciente, reveló las contradicciones de su época y la incoherencia de las personas que en ella habitaban; Era hombre de teatro y vio su sociedad ligada a un escenario, no le complacía en exceso cómo se comportaban los personajes, cómo decían una cosa y hacían otra, le dolió el abandono de los gobiernos extranjeros hacia la República y le destrozó ver cómo el elenco que participaba en la obra se mostraba incapaz de unirse y concentrar esfuerzos para enfrentarse con el traidor que toda sociedad y toda obra de teatro posee, ese Franco intrigante y megalómano que se convirtió en el Macbeth de su tiempo, el idiota cegado de ruido y furia que mantuvo durante toda su vida las manos manchadas de sangre,
Hoy es el día que es, cada cual haga su propia lectura o su propio olvido; Hoy, más que nunca, Max Aub, hoy, más que nunca, sus novelas y sus palabras:
“No lo olvides nunca, hijo, no lo olvides.”
Manuel Cardeñas Aguirre
Necesario recordar y recordárselo a otros. Comprometido.
Me gustaMe gusta