Hace un par de meses, sentada delante de un mapamundi, pasaba revista a los lugares que aún no conozco y me gustaría conocer. Me paré en India y la seleccioné para una futura e hipotética visita. Me atraen su cultura, su misterio, sus personajes a veces anclados en el tiempo. “Tengo que documentarme”, pensé y enseguida apareció en mi mente la portada de un libro leído a finales de los 90: El Dios de las pequeñas cosas de la autora india Arundhati Roy; y como considero que la literatura es una vía imprescindible para adentrarse en una situación, un acontecimiento o un país, lo he releído y ampliado mis conocimientos sobre esta autora que escribe en inglés. He llegado a la conclusión de que merece la pena que la conozcáis.
Arundhati Roy (1961, Shillong, India), escritora y activista india, nació de madre cristiana sirio-ortodoxa y padre hinduista. Pasó su juventud en Aymanam (Kerala) hasta que con 16 años se trasladó a Delhi en donde llevó un estilo de vida bohemio: se alojaba en una cabaña y vendía botellas de cerveza para ganarse la vida. Luego estudió arquitectura en la Delhi School of Architecture, donde conoció a su primer esposo, el arquitecto Gerard Da Cunha, del que más tarde se divorció. En 1984 contrajo segundas nupcias con un cineasta, Pradeep Kishen, que la introdujo en el mundo del cine. Arundhati Roy desempeñó el papel de una aldeana en la película Massey Sahib, escribió los guiones de dos películas y de una serie de televisión. En 1996 publicó El dios de las pequeñas cosas, su primera novela, que le valió fama internacional y que fue galardonada con el Booker Prize. Con el reconocimiento que le proporcionó este libro, volvió al mundo de la televisión para colaborar en series y documentales. Como activista política, ha publicado números ensayos sobre el poder público, el capitalismo, la globalización, la injusticia social, la inseguridad, la guerra, las pruebas nucleares, etc. En 2004, Roy fue galardonada con el Premio Sídney de la Paz por su trabajo en campañas sociales y su apoyo al pacifismo. En 2005, participó en el Tribunal Mundial Sobre Irak. En 2010, hizo un reportaje llamado Caminando con los Camaradas sobre la guerrilla maoísta (Naxalita), que le valió no pocos enfrentamientos con las autoridades de su país debido a su postura sobre el conflicto cachemir. En 2017, es decir veinte años después del éxito de la primera, Roy publicó su segunda novela El ministerio de la felicidad suprema, que fue seleccionada para el Booker Prize de ese año. Escribe en inglés. Actualmente vive en Nueva Dehli.
Novelas
The God of Small Things, Flamingo 1997; (El dios de las pequeñas cosas, Anagrama, 1998). Roy empezó a escribir esta novela inspirada en su propia infancia en 1992 y la terminó en 1996. Tras su publicación, el libro alcanzó de inmediato fama internacional: sus derechos fueron vendidos en 21 países, obtuvo el cotizado Booker Prize de 1997, apareció como uno de los libros notables del año en The New York Times y alcanzó la cuarta posición en la lista de best-sellers de ficción independiente de The New York Times. Se tradujo a más de cuarenta idiomas y se convirtió en un acontecimiento literario en todos los países donde se publicó. A España vino de la mano de Anagrama. La historia, con muchos tintes autobiográficos, gravita en torno a tres generaciones de una misma familia en la región de Kerala, al sur de India, en donde la presencia de cristianos es mayoritaria. Con un suceso trágico como hilo conductor, se van narrando las tormentosas relaciones entre los miembros de la familia junto con sus sentimientos. Sus vidas, y todo lo que las rodea, se ven condicionadas por la historia y las costumbres de un país con un despiadado sistema de castas y una situación insoportable para la mujer, en donde imperan la brutalidad policial, el comunismo, las convenciones sociales, el efecto destructor del colonialismo y el sentimiento de inferioridad de la sociedad hindú con su recién conseguida independencia. Relata la historia de dos gemelos, Rahel y Estha, que se reencuentran 23 años después de su última separación y recuerdan los hechos que la motivaron en 1969, cuando tenían siete años. Pero, a través de estos hermanos también conocemos a otros personajes de la familia, con sus pasiones y su vida cotidiana, todos magníficamente diseñados, como la prima inglesa Shopie Moll; Papachi y Amachi, los abuelos; Ammu, la madre y su hermano Chako; o Velutha, el intocable. Roy trata muchos temas: la pérdida de la inocencia, el amor imposible, la muerte, la honra familiar, etc. De gran dureza emocional al tiempo que repleta de humanidad y ternura, la historia está narrada con muchos saltos temporales, que algunos pocos critican y que al principio pueden despistar al lector, pero cuyas piezas encajan al final en un puzle perfecto. Con una prosa impecable, en donde lo lírico se mezcla con un descarnado realismo, Arundati Roy recrea un mundo que casi se puede tocar, ver y oler a través de pequeños detalles, de metáforas acertadas y poco usuales, o de conseguidas descripciones. Es una historia entretejida con otras muchas historias. Por esta novela, Arundhati Roy ha sido comparada con Gabriel García Márquez y con Salman Rushdie.
The Ministry of Utmost Hapiness, Penguin, 2017; (El ministerio de la felicidad suprema, Anagrama, 2017) fue seleccionada para el Booker Prize de 2017 y finalista del National Book Critics Circle Award para trabajos de ficción en enero de 2018. Esta novela, en palabras de su autora, “tenía que ser un intento ambicioso de escribir sobre el mundo en el que vivimos, que está lleno de poesía, amor, música…, pero también de preguntas sobre el repentino crecimiento del nacionalismo de derechas en la India; fascismo, en realidad. También está la idea de casta, la cuestión de cómo viven cachemires e indios con la mayor ocupación militar del mundo por número de habitantes…”. Roy lo consigue. Durante un periodo de 50 años que termina en la actualidad, nos conduce a través del subcontinente indio, desde la superpoblada Nueva Dehli a los valles de una Cachemira siempre en guerra. Pero la novela no es únicamente una enérgica protesta política y en defensa de los derechos humanos, sino también una dolorosa historia de amor. La trama pivota alrededor de dos protagonistas: Anjun y Tilo. Anjun (antes Aftab), una musulmana chií nacida niño en la Vieja Delhi, pero que en realidad es una chica, abandona la casa de sus padres y se integra en una comunidad de hijras –miembros de un Tercer Género- que no son bienvenidas en la sociedad tradicional, pero sí respetadas India: viven en espacios comunes con una jerarquía semiorganizada, un gurú y practican diversos rituales. Tilo, arquitecta nada conformista, mantiene un romance con un insurgente cachemir y la atenta observación de la realidad la llevará a unirse a la causa rebelde. Más tarde, ambas mujeres compartirán un mismo espacio. Todos los personajes están tratados sin sentimentalismo pero con ternura; son gente rota que es rescatada por el amor o la esperanza. En el corazón de la novela subyace la cuestión sobre la violencia sectaria, por qué persiste y qué la alimenta.
Guiones
In Which Annie Gives It Those Ones (1989) (cine), basada en su experiencia como estudiante de arquitectura, película dirigida por su marido, en la cual ella también trabaja como actriz. Recibió el National Film Award por mejor guion.
Electric moon (1992), una comedia.
The banyan tree, para televisión.
Ensayos
Arundhay Roy también manifiesta su decidido compromiso como activista política a través de una docena de apasionados y sinceros ensayos –algunos publicados en Anagrama, que defienden las causas de los derechos humanos y la protección del medio ambiente, de entre los cuales destacamos:
The Cost of Living, Modern Library 1989. En este libro se opone a los proyectos de las represas hidroeléctricas e incluye el ensayo El final de la imaginación, 1998, para protestar contra las pruebas de armas nucleares realizadas por el gobierno indio.
The Algebra of Infinite Justice, Flamingo 2002; (El álgebra de la justicia infinita, Anagrama, 2006). Colección de ensayos en los que la autora analiza varias perspectivas de las preocupaciones globales y locales. Premio José Luis López de Lacalle
Capitalism: a ghost story, Haymarket Books 2014; (Espectros del capitalismo, Capitán Swing Libros S.L., 2015). Análisis del lado oscuro de la democracia en la India contemporánea y de cómo las demandas del capitalismo globalizado han subyugado a miles de millones de personas a las más intensas formas de racismo y explotación
Aunque El dios de las pequeñas cosas recibió el Booker Prize y El ministerio de la felicidad suprema únicamente fue seleccionado, para mí ambas novelas gozan de la misma consideración. Ambas son sencillas al tiempo que complejas, pero mientras que aquella toca lo político y lo personal, esta lo hace sobre un conflicto a gran escala. Si no habéis leído ninguna de las dos, os recomiendo que comencéis por El Dios de las pequeñas cosas que os será más cercana a pesar de la lejanía del lugar y de la cultura en los que se desarrolla la trama, porque en ella, entre muchas otras cosas, está muy presente el sufrimiento de las mujeres, bien a causa de los hombres, el destino, la situación o incluso la mala suerte, simplemente. Se dan numerosas situaciones que emocionan, desencuentros, desilusiones, donde todos los actos tienen sus consecuencias y donde todos y cada uno de los sucesos de nuestra vida están tejiendo nuestra existencia. Esta novela se lee de un tirón, nos cuenta muchas historias, nos introduce en un mundo real al tiempo que mágico, nos ofrece sugerentes descripciones y nos introduce en la India moderna. Creo que es una excelente lectura para estas vacaciones.
Si os gusta, quizás os animéis a leer la segunda, y hasta ahora última, novela de la valiente Arundhati Roy, con una prosa igual de brillante que la primera, pero cuya lectura es menos fluida, con pocos diálogos, largas descripciones y amplia información sobre los problemas de la India actual, en especial de la región de Cachemira. No me atrevo a decir que me ha gustado aún más que la primera, pero sí que la he encontrado más profunda, más madura e incluso más elaborada. Me ha impresionado cómo la vehemencia de la ira que encierra convive con una profunda mirada compasiva, ambas expresadas de manera poética, íntima y con un acertado humor irónico.
Foto: AFP.