EL SIGLO QUE SE FUE, Autora: Soledad López González

Cine Valderas                   

El siglo que se fue.

 

I

El siglo que se fue

se llevó mi primer cuarto de hora

el más tierno, más tonto e inocente.

Aquel lleno de anhelos y de sueños

que se harán realidad o  quizás humo

en el nuevo milenio.

Se llevó dudas, una enorme interrogación

que ahora es respuesta,

cuando no eterna duda.

Se llevó el resto de un sueño imaginado,

de una Humanidad que creaba y erraba,

y que ahora, agotada,

sólo sabe copiar y repetir,

los aciertos y humores,

los errores y horrores

del siglo que se fue.

 

II

Hubo un tiempo en que no había escapatoria

irse al oeste era caer en la celada de los cazadores

subir a Francia parecía la libertad,

pero enseguida la ocuparon los nazis

– estas y otras cosas parecidas.

-Horrores.

Todos los caminos conducían

a un campo de concentración.

 

Yo no lo he vivido. Me contaron,

leí en los libros  ,fui al cine

lo vi en la tele desde la confortable penumbra de un sillón.

Y no quiero vivirlo.

No quiero volver a vivirlo.

 

III

El milenio me trajo

una boda-divorcio de un instante

tan fugaz que he olvidado

el cómo y el porqué,

el adiós de mi abuela

( y su promesa de cuidarme siempre)

los mejores amigos,

mis primeras novelas,

el amor verdadero, el nido, la familia,

el hijo tan soñado…

y eso que el Ministerio ( o cárcel de papeles)  dio en llamar

( o y eso que los burócratas llamaron)

,con nombre de hado trágico,

un destino definitivo.

 

IV.

ALBORÁN

Yo ya me voy, me adentro por la tierra

Tú te quedas aquí en tu eterna orilla

tan brillante, vibrante y nunca quieta,

que alejarme de ti es robarme vida.

 

Escondo bajo tierra mi granero

como la acorazada y dura hormiga

mas volveré al sol de primavera,

o en el reflejo de oro del invierno,

no faltaré a mi cita en el verano,

segura es la promesa del regreso.

Pues cuando ya no sea,

lamerás tú los restos de mi cuerpo,

de un cuerpo de ciudad y de meseta

que ata en anclas de piedra

las alas de mi sueño marinero.

        Baños del Carmen, Málaga, 30.12.2018.

 

V

¿Dónde estarás Federico

(voy de paso por tu tierra)

dónde estarás Federico,

dónde que nadie te encuentra?

¿Dónde arrojaron tu cuerpo

que el tiempo nos desmadeja?

Deja que hallemos tus huesos

para ponerte de piedra

una estatua y una placa:

«Aquí descansa el poeta»,

sobre la que recordarte

y leerte tus poemas

y hacer sonar las guitarras

que canten la petenera,

y que lloremos contigo

de aquí hasta Sierra Morena

un canto de amor y muerte

una romanza que sea

vergüenza del asesino

y aroma de Pena Negra.

 

VI

Recuerdos de mi cine,

cine de barrio, cine Valderas,

me huele en la memoria

a pirulí de fresa,

de tantos lametones afilado

que me pincha en la lengua,

comprado en el quiosco de la plaza

cinco minutos antes de que abrieras

tus puertas

y me adentrara, con mi hermana y mi amiga,

a la fresca penumbra de la sala,

y tras el movierecord

a los sueños de aquella adolescencia vaga,

amores de papel y celuloide,

Tom Cruise, o Kevin Kostner

mejor Indiana Jones,

siempre Han Solo,

y qué dulce, más aún que el pirulí,

espiar algún beso, sin saber lo que eran

o derramar algunas lágrimas

-sin que nadie me viera-.

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