LEO PERUTZ, por Concha Vallejo

He repasado los autores que os he invitado a conocer y he comprobado que hay dos que escriben en español, dos en francés, dos en inglés y uno en italiano. No es que haya buscado adrede esta distribución, sino que simplemente he querido compartir con vosotros el placer de mis lecturas, pero al sistematizarlo, compruebo que me falta algún escritor en lengua alemana, tan significativa en el ámbito europeo. Sin mucha reflexión me viene a la mente Leo Perutz, escritor austriaco, cuyos trabajos se han podido recuperar para los lectores en lengua española en estos últimos veinte años, y cuya obra es conocida en el ámbito cultural alemán como “literatura fantástica”, aunque de hecho es una fusión personal entre la literatura fantástica y la policíaca. Admirado por Borges, Calvino o Hitchcock, Perutz logró infundir una inequívoca trascendencia al suspense a través de sus novelas con tramas muy precisas -quizás debido a su formación de matemático- producto de la tensión entre lo real y lo imaginario.

Leo Perutz, (Praga, 1882-Austria, 1957), matemático, novelista, escritor y dramaturgo, nació en el seno de una familia de origen sefardita, pero secularizada y moderna. En un documento redactado en español antiguo constaba el origen toledano de los Perutz, alguna vez llamados Pérez, que emigraron a Centroeuropa durante la segunda expulsión de los judíos; por eso a Leo le apodaban der Spaniole. El mismo año de su nacimiento se agudizaron las confrontaciones entre los grupos nacionalistas de Bohemia y de Moravia, y entre 1893 y 1895 Praga vivió en estado de excepción. Estudió en la escuela de los padres escolapios, la más prestigiosa de la ciudad, en donde no se discriminaba a los alumnos ni por nacionalidad ni por credo, sino que todos estaban unidos por las mismas circunstancias económicas. Perutz fue un pésimo estudiante que no acabo el bachillerato y, por consiguiente, no pudo entrar en la universidad, aunque asistió de oyente a diversos cursos de estudios superiores. En 1901, cuando las cosas se pusieron feas para los judíos, se mudó con su familia a Viena y fue en sus cafés en donde se decidió su vocación literaria, entrando a formar parte de la tertulia Freilicht que se disolvió oficialmente en 1906; entonces tuvo que escoger entre dedicarse a la escritura o tomarse en serio la carrera de actuario que convenía para los negocios de la familia. Perutz tenía un especial talento para el cálculo, la estadística y la probabilidad. Hasta bien entrado el decenio de 1910 era únicamente conocido como matemático, campo en el que destacó, llegando a crear la llamada “formula perutziana”. En 1907 entró en Assicurazioni Generali de Trieste, empresa en la que casualmente entonces también trabajaba Kafka, aunque en otra sucursal. Al regresar a Viena contratado por la aseguradora Anker, Leo Perutz comenzó su verdadera vida adulta como habitual de los cafés, aspirante a escritor y colaborador circunstancial de periódicos y suplementos literarios. Armes Kasperl, publicado en 1906 en la revista Der Weg es el primer relato del que se tiene constancia escrita. Estudiosos de Perutz han rastreado en sus lejanos poemas juveniles algunas de las ideas que nutrieron su primera gran novela La tercera Bala, publicada en 1915. Con esta obra, en la que había trabajado durante los cuatro años anteriores mientras convalecía de una grave herida sufrida en el frente de la Primera Guerra Mundial, Perutz inició su carrera de escritor. Entre 1916 y 1953 publicó, entre novelas y compilaciones de relatos, trece libros, dos de ellos en colaboración con Paul Frank. Los años veinte fueron su etapa de mayor éxito; la crítica y el mercado le otorgaron sus favores y trabó amistad con numerosos y destacados intelectuales alemanes. La muerte de su primera esposa, la crisis del 29, la llegada del nazismo a Alemania, con la consiguiente prohibición de sus libros editados por un judío, lo sumieron en un periodo muy oscuro de su vida. Aunque Jorge Luis Borges escribió el prefacio de tres de sus obras y las hizo traducir en Argentina, el exilio y la guerra le condenaron al olvido. Tras la anexión de Austria, Perutz vivió en el exilio, primero en Italia y después en Palestina, hasta que en 1951 recuperó la nacionalidad austriaca y desde entonces y hasta su muerte alternó temporadas en Austria con otras en el estado de Palestina.

La mayoría de las obras de Perutz no nos ofrecen únicamente entretenimiento mediante aventuras ricas en acontecimientos y enmarcadas en lo fantástico, sino también una reflexión sobre la naturaleza humana, generalmente a través de cuestiones de identidad. Como los grandes creadores de la época de oro de la literatura alemana de la Europa Central, la mayoría de las veces, Perutz pinta un mundo agónico. Con un majestuoso dominio de la lengua, recurre a una prosa sencilla y a un estilo bien diferenciado y preciso para construir historias siempre cargadas de intriga y peripecias. Se trata de una literatura divertida y sorprendente, pero de la mayor calidad, y cargada de un hondo pesimismo, en la estela de lo fantástico. Robert Musil le atribuyó la creación de un nuevo estilo literario “ficción periodística” y el crítico F. Torberg definió sus novelas como “el posible resultado de una unión ilícita de Frank Kafka con Agatha Christie.

Novelas

Die dritte Kugel, Paul Zsolnay, 1915; (La tercera bala, Debate, 1991). En esta novela, que trata sobre la conquista de Méjico por Hernán Cortés, Perutz pone en práctica las conclusiones de sus lecturas y de las frecuentes discusiones con sus corresponsales sobre la novela histórica, especialmente acerca de los recursos que el narrador debe emplear para dar verisimilitud literaria a sus escritos. La tercera bala, que no fue siempre leída como novela histórica, sino más bien como relato fantástico o como la denostada literatura de esparcimiento, fue reseñada por la crítica con entusiasmo, en cinco meses se agotó su primera edición y abrió al autor las puertas del mundo editorial y mediático. La obra está dividida en 22 secciones cortas y un final. La historia comienza en Europa e incluye otro relato que se desarrolla en el Imperio Inca. El capitán Gläsepflein, que lucha al lado de los españoles contra los luteranos, ha perdido parte de la memoria y para recuperarla bebe una pócima con la que entra en trance, regresando entre alucinaciones al Méjico de 1519 y allí se reconoce a sí mismo como el insurrecto y luterano Franz Grumbach que lucha al lado de los aztecas contra los españoles. Se trata de una trama con dos nombres distintos que se funden en un mismo personaje. Perutz establece otros órdenes binarios: lo hispánico y lo germano; la reforma luterana y la contrarreforma católica; conquistadores y vencidos. En esta novela ya aparecen los grandes temas perutzianos como el pesimismo, la ilusión del libre albedrío, o la fiabilidad de la memoria, y también su don para crear ambientes en los que sumerge a sus lectores hasta el fondo. Con esta novela algunos críticos le han considerado un precursor del realismo mágico. Diversas compañías cinematográficas se interesaron para llevar al cine las aventuras de Grumbach.

Das Mangobaumwunder. Eine unglaubwürdige Geschichte, (con Paul Frank), 1916. El médico Kirchheisen, especialista en venenos, es requerido inesperadamente por un noble que no es paciente suyo y al que encuentra en estado de desolación. Su jardinero indio ha sido mordido por una serpiente venenosa, desconocida en Europa.  Fue adaptada al cine con el título Das Abenteuer des Dr. Kircheisen.

Zwischen neun und neun, Paul Zsolnay Verlag, 1918; (Mientras dan las nueve, Destino 2005). Novela de intriga psicológica en la Viena onírica y enigmática del siglo XIX, publicada originalmente por entregas, que trata sobre la impotencia del hombre ante las circunstancias y su fracaso en la búsqueda de la felicidad, obtuvo un éxito inmediato y fue traducida a ocho idiomas. Stanislau Demba, un estudiante, huye esposado cuando la policía va a detenerlo por haber robado tres libros de mucho valor de la Biblioteca de la Universidad para venderlos y así evitar que Sonja, su amante, lo abandone. Desde ese momento vive en una pesadilla en que todo adquiere la incertidumbre de lo irreal y en donde no se puede discernir entre ficción y evidencia. La novela, en la que aparecen personajes “cliché” muy variados, está escrita en tono humorístico, excepto en las últimas páginas en que la narración adquiere un cariz serio. La visión de Perutz no es optimista, sus personajes, en este caso el estudiante que comete error tras error, no aprenden ni incluso ante la muerte ni consiguen saber quiénes son. Hitchcok se interesó mucho por esta obra en donde se evoca la angustia del falso culpable y la Metro Goldwin Mayer adquirió los derechos de producción, aunque la película nunca llegó a rodarse. La novela fue acogida con entusiasmo por la crítica, que comparó a Perutz con Dostoyevsky, y fascinó a insignes escritores como Eric Ambler, F.W.Murnau y Alfred Hitchcock.

Der Marques de Bolibar, Paul Zsolnay Verlag, 1920 (El Marqués de Bolibar, Destino, 2006).Como otras obras del autor, esta novela combina elementos característicos de la novela histórica con otros propios de la literatura fantástica, en la que se entremezclan el amor, los celos y la guerra. Narrada en primera persona, la novela tiene la forma de unas memorias ficticias escritas por el teniente Eduard von Jochberg, soldado alemán a las órdenes de Napoleón, único superviviente de la masacre, que explica la misteriosa destrucción de dos regimientos alemanes de la Liga de Renania en una ficticia ciudad española, durante la Guerra de Independencia, a manos de una banda de guerrilleros. En los acontecimientos tiene un papel fundamental el polifacético y misterioso personaje que da título a la obra, el marqués de Bolibar. Perutz tiene un talento particular para dar la impresión de que un acontecimiento ocurre por azar y luego deja que el lector descubra que no es así, sino que está dentro de la lógica de la narración y que es consecuencia de una acción pasada, técnica que también aplica en esta novela.

Der Meister des Jüngsten Tages, Rikola Verlag, 1923. (El maestro del juicio final, Libros del Asteroide, 2017). Precedida por una serie de casos similares sin resolver, la muerte del célebre actor Eugen Bischoff ocurre en extrañas circunstancias. A pesar de que todo apunta hacia un suicidio, las sospechas se centran en el barón von Yosch, perdidamente enamorado de Dina, la mujer del actor. El barón, junto a su amigo el ingeniero Solgrub, decide investigar el misterio. Solgrub averigua que el asesino no es un ser de carne y hueso. Tras la lectura de las primeras páginas, el lector se da cuenta de que no se trata de una novela de suspense común, sino de un misterio psicológico de la mano de la mejor literatura, en donde se entrelazan elementos reales y fantásticos. Perutz se adentra en los laberintos secretos de la mente humana, allí donde se elaboran los fenómenos conjuntos de la imaginación y del miedo. En un comentario final, un editor ficticio nos informa que los últimos dos tercios de la novela no tienen nada que ver con la vida real y que han surgido exclusivamente de la imaginación del autor y si tenemos en cuanta este comentario, entonces la novela se presenta como una ficción en la ficción. Es la obra más fantástica de Perutz y la preferida de Borges.

Turlupin, Drömersche, 1924. (Turlupin, El Aleph 1993). Al comienzo el lector cree tener en las manos una novela histórica, apoyada por citas, en la Francia de 1642, cuando Richelieu quiere acabar con la nobleza, pero pronto se dará cuenta de que la historia solo es un pretexto para dibujar el retrato de Turlupin, medio Arlequín y medio Charlot, peluquero y barbero, a quien le atormenta su falta de caridad con los mendigos, por lo que siempre les da una limosna. Se hace pasar por noble y es introducido en la corte de Los Grandes del Reino y allí se suceden las escenas cómicas. En esta novela Perutz combina la picaresca y lo burlesco con la fantasía histórica y va un paso por delante del lector de manera que mantiene el suspenso hasta el final del libro. Detrás de su aparente ligereza del argumento, lo que Perutz nos quiere decir es que la vida, aunque haya humor, siempre será inmisericorde. Esta obra también constituye una reflexión sobre el sentido o falta de sentido de la historia.

Der Kosak und die Nachtigall, Knaur, 1926 (con Paul Frank). Es una historia de amor ligeramente diferente, llena de intrigas y enredos fatales.  La cantante de ópera Lydia van Loo huye constantemente de su marido, un príncipe ruso. Ella lo ha abandonado, pero él no quiere liberarla y se deshace con ingeniosos trucos de sus posibles sucesores. Fue llevada al cine con el mismo nombre.

Wohin rollst du, Äpfelchen?, Zsolnay1928; (¿Adónde vas, Manzanita?, El Aleph, 1992). Cuando regresan en tren desde Rusia, un joven oficial austriaco hace jurar a sus compañeros que se vengarán del cruel comandante del campo de prisioneros de guerra, pero una vez en Viena todos se olvidan menos él que inicia una complicada odisea por varios países, adoptando diferentes oficios para llevar a cabo su venganza. Tres millones de lectores leyeron la primera edición de esta novela publicada por entregas en el Berliner Illustrierte Zeitung, el periódico con mayor tirada del continente. Ian Fleming, el creador de James Bond, califica este libro de “genial”.

St. Petri-Schnee, Zsolnay, 1933. (El tizón de la Virgen. Editorial Argonautas, 1993). El doctor Ambert se recupera en el hospital de un accidente ocurrido en la calle y durante el coma tiene recuerdos perturbadores: en una recóndita zona rural de Alemania, anclada en el tiempo, un barón terrateniente sueña con crear una droga que devuelva a Dios a un mundo que ha perdido la fe. La obra trata sobre el misterio de la identidad y se presenta como una fábula sobre la fe y el fervor político.  Su publicación fue prohibida por los nazis.

Der schwedische Reiter, Zsolnay, 1936. (El caballero sueco, Muchnik, 1989). En la Europa de principios del siglo XVIII, un caballero desertor, por un malentendido, del ejército de Carlos XII de Suecia se cruza con un ladrón de caminos y ambos deciden cambiar sus identidades, lo que permitirá al caballero librarse de sus perseguidores. Bajo la identidad del ladrón es llevado a trabajar en la inmensa fundición propiedad del obispo del lugar que sirve para  “redimir” a los delincuentes y enriquecer al señor, y que de hecho es como una especie de infierno en la tierra. Perutz critica a la Iglesia por la crueldad del obispo, así que no es de extrañar que el ladrón, que liderará una banda de rebeldes que se esconde en el bosque, lleve a cabo una campaña de robos hasta entonces inédita por sacrílega: el asalto de iglesias y conventos en busca del oro y la plata que acumulan desde tiempos inmemoriales. El ladrón se enamora, se casa con la prometida del caballero y tiene una hija.
La novela contiene elementos del realismo mágico mucho antes de su aparición. Leo Perutz afirmaba que era su novela más conseguida y diferente críticos la consideran su obra maestra. Fue prohibida en Alemania.

Nachts unter der steinernen Brücke. Ein Roman aus dem alten Prag, Frankfurter Verlagstand, 1953. (De noche, bajo el puente de piedra, Libros del Asteroide, 2016), novela elaborada durante cerca de treinta años por las interrupciones de la guerra y del exilio y la última publicada en vida de Perutz.  Está ambientada en la Praga mágica y espectral tan bien descrita por Gustav Meyrink y Franz Kafka, cuando gobernaba en Bohemia el estrambótico emperador Rodolfo (1552-1612), sobrino de Felipe II. La obra tiene una estructura peculiar ya que está compuesta por catorce relatos y un epílogo que se entretejen y acaban formando un cuerpo unitario. Únicamente al final vislumbramos la trama común que los recorre. El estudiante de medicina Jakob Meisl, descendiente colateral del prestamista Mordejái Meisl, cuenta estas historias a su alumno en el momento de la destrucción de la vieja judería, en época muy posterior. Los relatos transcurren entre la corte del rey Rodolfo y el barrio judío, y en ellos aparecen personajes muy variados: aristócratas, alquimistas y astrólogos, pícaros y mendigos, e incluso otros reales como el matemático Johannes Kepler y el diplomático Albrecht von Wallenstein. Perutz entrelaza magistralmente personajes y hechos históricos con leyendas judías; lo real y lo fantástico están tratados con tanta naturalidad que al lector no le extraña que se pueda dialogar con los muertos o incluso que los perros hablen.

Der Judas des Leonardo, Knaur, 1959; (El judas de Leonardo, Destino, 2004). Obra póstuma publicada dos años después de su muerte, en la que Perutz ya había trabajado en 1937.  Leonardo está terminando su Ultima Cena, fresco en el que lleva trabajando más de tres años, pero topa con un escollo: no encuentra un modelo que le satisfaga para Judas, por lo que la pospone en diversas ocasiones. Pero un día se resuelve su problema cuando ve pasar al mercader Joachim Beehaim.  En este punto, Perutz se olvida de los apremios del artista y traslada la acción a las peripecias del comerciante y del avaro Boccetta al que debe dinero y es padre de una bella muchacha de la que Joachim se enamora. Los tres grandes discursos de la edad moderna, dinero, amor y arte, están encarnados en tres de los personajes: el codicioso Boccetta se interesa exclusivamente por el dinero, la bella Niccola aparece sólo en la intriga amorosa, y la vida de Leonardo, él mismo lo dice con cierto orgullo, pertenece únicamente al arte, tema que Perutz ya había tratado en El día del juicio final.

Relatos

Die Geburt des Antichrist, Rikola Verlag, 1921, contiene dos relatos. El primero conserva el estilo y la temática propia de Perutz pero sin incluir elementos fantásticos. El valiente mariscal Chwastek, cuyo pasado no es conocido, mantiene una relación con Frida, que lo ama con ternura. Pero el pasado irrumpe de improviso cuando el mariscal se cruza con su antiguo amor que ahora está casada con un oficial. En cambio, el segundo relato, que da nombre al título del libro y cuenta el misterioso nacimiento de un niño que será más tarde Conde de Cagliostro, es menos interesante y contiene muchos lugares comunes.

Herr, erbarme Dich meiner, Zslonay, 1930, recoge siete relatos, cuyos personajes son austriacos, checos, rusos, franceses, húngaros e italianos. Aunque varíen las épocas y los decorados, a todos la vida les golpea con el mismo rigor. En casi todos los casos la muerte está presente, pero nunca de la manera que esperábamos, porque Perutz posee el arte de dar la vuelta a las intrigas. Los relatos son desiguales, unos mejores, otros peores, pero todos construidos con la superior habilidad narrativa del autor.

Mainacht in Wien, Zsolnay, 1996. Este volumen, publicado a título póstumo está compuesto por cinco escritos en prosa, dos novelas inacabadas y crónicas de viaje entre 1906 y 1938. La historia que da título al libro narra las vicisitudes de un periodista judío vienés que trata de salir del país después de la invasión hitleriana.

Teatro

Die Reise nach PresPressburg, 1930, escrito en colaboración con Hans Adler, que no obtiene el éxito esperado.

Morgen is Feiertag, 1935, escrito en colaboración con Hans Adler y Paul Frank.

Warum glaust Du mir nicht?, 1936, escrito en colaboración con Paul Frank.

Cine

En plena guerra mundial aparecen tres películas basadas en obras suyas, como es el caso de Una vez en la vida, cuya adaptación cinematográfica firma

Jacob Muchnik, el padre de quien, décadas después, sería uno de sus editores en España.

Varios

Die Feldgerichte und das Volksgerich, 1919. Panfleto político publicado de forma anónima, denunciando el sistema judicial de la armada durante la Primera Guerra Mundial.

Das Gasthaus zur Kartätsche. Eine Geschichte aus dem alten Österreich, 1920.

Perutz dista actualmente de ser el escritor desconocido que fue en España hasta hace unos veinte años cuando se editaron sus principales trabajos narrativos para los lectores españoles, después su recuperación como autor de culto en Austria y Alemania, en donde incluso se han hecho adaptaciones a teatro, radio, cine y opera de sus obras, que fueran traducidas a diferentes idiomas como francés (Mitterand fue un asiduo lector de Leo Perutz), italiano, checo y hebreo, además de versiones en braille, entre otros. Diversas editoriales españolas ( Muchnik, Tusquets, Alianza, Debate) se interesaron por la original obra de Perutz y trataron de darlo a conocer a los lectores españoles mediante la publicación de nueve novelas, pero el  esfuerzo solo logró situarlo en un reducido círculo de admiradores. Destino y Libros del Asteroide han conseguido recoger el testigo y actualmente Perutz es celebrado por los lectores españoles, aunque en mi opinión no tanto como debiera.

Si os interesa conocer a este autor, yo os recomendaría empezar por De noche bajo el puente de piedra, cuya lectura me produjo una sensación de embeleso, de ensoñación fluctuante entre la realidad y la ficción. Todas las historias que componen el libro están teñidas de una sensación mágica propia de la fabulación. Las cosas no son como nos lo han contado los historiadores, porque la mayoría de las veces han olvidado el lado humano.  El libro, un relato de relatos que nos retrotrae a la tradición oral y nos recuerda a las Mil y una noches, está escrito con una sencillez solo aparente que esconde un gran dominio de la prosa, pero siempre en un tono ameno y mordaz, que hace aflorar una sonrisa. Praga, en concreto su antiguo barrio judío, está en el centro de la historia, una Praga maravillosa cuya belleza podemos apreciar con todos los sentidos. Desde la figura del Emperador hasta los dos perros que dialogan en uno de los relatos, nos encontramos con toda una panoplia de personajes soberbiamente dibujados y cuya realidad no ponemos en duda. La novela, que está considerada unánimemente como la obra maestra de Perutz -no seré yo quien lo contradiga- no se ha quedado anticuada con el paso del tiempo, sino que es plenamente válida para el lector actual amante de la literatura.

Para Perutz, El caballero sueco, es su obra más conseguida. Algunos críticos también comparten esta opinión. A mí me encantó y me emocionó, pero un poco menos que Bajo el puente de piedra.  La novela nos lleva de nuevo a la tradición oral, se lee con gran fluidez y nos deja prendidos de ella como esos cuentos que los abuelos narraban frente a la chimenea en días invernales y que absorbían la atención de los oyentes. Mantiene las características de la escritura de Perutz, prosa exacta y muy cuidada, elementos misteriosos, fantasmagóricos, religiosos y románticos, personajes perfectamente construidos –uno siente una gran simpatía por el ladrón-, maravillosas descripciones –mientras leía, notaba el frío de la nieve en un día de verano-, todo ello envuelto en el encanto y la ternura del realismo mágico. Quiero resaltar la sorprendente relación entre el ladrón y su hija.

Si aún queréis leer algo más de este autor, seguid por las novelas históricas con elementos fantásticos, aplaudidas por crítica y lectores, siempre literatura, pero con menos poesía que las dos antes mencionadas, y que harán las delicias de los amantes del misterio y la aventura: Mientras dan las nueve; El marqués de Bolibar; El Judas de Leonardo; o las de intriga como El Maestro del Jucio Final, que aunque muy alabada, a mí me pareció algo anticuada. No os defraudarán.

Agradezco a Destino y a Libros del Asteroide el esfuerzo que han realizado por darnos a conocer las obras de Leo Perutz y les animo a ofrecernos otras obras no traducidas al castellano, o traducidas hace años y descatalogadas como El Caballero Sueco, que he tenido que leer en francés, porque no lo he encontrado en castellano.

4 Comentarios

  1. ¡Qué buen artículo, Concha! Leí hace pocos meses «Mientras dan las nueve» y me gustó bastante. Sin duda, un escritor muy interesante de leer.

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