Los nombres de las escuelas o movimientos y los tiempos, no son correspondientes a los definidos previamente. Los de aquí sólo son épocas propias del desarrollo nacional. Con relación al arte, el español se impuso a la vez que se requerían imágenes para catequizar. Luego la Expedición Botánica dejo valiosos dibujos; pero fue el retrato el de mayor aceptación hasta el siglo XVIII. Entrado el XIX se distinguen Epifanio Garay y Ricardo Acevedo Bernal. El primero pintó principalmente a los miembros del partido conservador y el segundo, a los liberales. Según el historiador y crítico Francisco Gil Tovar, más o menos hasta la mitad del siglo XX se cultivó el naturalismo realista y academizado, “tan propio de la clientela burguesa fiel al paisaje”.
Uniendo las expresiones pictórica y textual, es importante reconocer que las manifestaciones culturales no dejan de ser consecuencia de influencias y fusiones, apropiadas por quienes tenían acceso al conocimiento. Para introducir lo literario en el siglo XIX, es necesario partir de “La construcción de lo exótico en el romanticismo latinoamericano”, Ensayo de Gustavo Mujica, profesor de la Universidad de Connecticut State Univercity, como análisis evolutivo de la literatura colombiana.
Se refiere a dos personajes y su aventura amorosa relatada en la primera novela colombiana “María”, editada en 1868, del escritor Jorge Isaacs. Son ellos Nay y Sinar. Como recurso del autor, lo clasifica como “premonición” del destino fatal de la pareja protagonista –Efraín y María- , evidenciando la economía esclavista y elitista.
Señala dos condiciones para lograr “realismo exótico”: Primero, la veracidad con que convence al lector, tomando ambientes y circunstancias históricas de autores como Cantút. Segundo, buscar y escribir los nombres de torras lejanas, africanas, en el propio idioma, por ejemplo los Ashati (comunidad de nativos) y Magmahú, nombre de otro personaje del relato. Sin embargo, señala algunos errores en la investigación como afirmar la presencia de camellos y avestruces, considerados medio de transporte.
Como recurso emocional de moda en la época, destaca el exilio como tópico clave en el romanticismo en Colombia y en la realidad del siglo XIX con casos como el de Andrés Bello y el de Domingo Sarmiento. En la novela “María”, el final es el exilio voluntario de Efraín, del mundo donde amó y lo adorna con la actitud de salir solo y a galope, en la oscuridad.
De ese desorden de intereses político-militares y clases sociales, en Colombia solo hasta 1911 se conoció la importancia de la lingüística con Rufino José Cuervo, cuando ya había academia en las artes plásticas que fuera de ser retratistas, no estaban vinculadas a la política como registro de acontecimientos, solo de retratos de estudio de los protagonistas nacionales. El Art Déco que fue un estilo de las artes decorativas o manifestaciones estéticas, que señalan en Europa entre las dos guerras mundiales, en Colombia lo señalan hacia 1915 con la revista “Los Panidas” creada por 13 intelectuales de Medellín, encabezados por León de Greiff quien siempre se enorgulleció de la creación de la por el llamada su Poesía Naútica; unos de los panidas eran poetas, otros caricaturistas que se dice tenían pactado el suicidio, y que sólo lo cumplieron Ricardo Rendón, José Gaviria y Teodoro Isaza. La revista fue prohibida de leer por Monseñor Manuel José Caycedo. Los críticos afirman que el Art Déco influyó en el modernismo tanto en el arte como en la Literatura. En cuanto a la Arquitectura se refleja en diseños como el del Teatro Faenza y la Biblioteca Nacional, en Bogotá.
En 1923 entró lo que hoy podemos clasificar como Literatura política, escrita por Marco Fidel Suárez, sin olvidar su obra monumental, “Oración a Jesucristo”, escrita en 1913. Contemporáneamente un poeta olvidado y popular fue Adolfo León Gómez quien escribió su obra desde el leprocomio con frases como: “Con el pavor con que se oprime el alma / solo en pensar en enterrados vivos / cuando de noche, junto al camposanto / se escucha algún gemido…..” .
Volviendo a Gil Tovar en su libro “Colombia en las Artes plásticas”, vale anotar que estuvieron en moda los retratos que consagraban al personaje político, hasta los años 50 cuando entró el mensaje social en el arte pictórico y la idea motriz era el compromiso del artista con el pueblo; igualmente señala la influencia de estéticas internacionales propias del arte moderno apropiadas por los artistas. Hay que recordar a Luis Alberto Acuña y a Rómulo Rozo con el grupo “Bachué”. Pero fueron los antioqueños, Pedro Nel Gómez el más valioso e insistente –junto con Ignacio Gómez Jaramillo y Alipio Jaramillo- quienes en los murales registraron el problema social, tanto como Débora Arango logró registrar en su crítica pictórica resaltando el valor humano de las prostitutas y la condición social circundante, hasta dejar la mejor obra sobre las conductas anómalas e injustas, consecuencia del momento político del asesinato del líder Jorge Eliecer Gaitán. Como poeta-político, correspondiente al momento, hay que citar a Jorge Artel con su poema “El 9 de abril en Colombia”.
En cuanto a Literatura se debe citar a los escritores: Daniel Caicedo con su novela, “Viento seco”, publicada en 1953; a Carlos H. Pareja con su obra “El monstruo”, publicada en 1955; a Osorio Lizarazo con “El día del odio: el 9 de abril”; a García Márquez con “La Mala hora”; a Gustavo Alvarez Gardeazabal, “Cóndores no entierran todos los días”, que puede ser catalogada en lo que en España señalan como Realismo sucio, por la crudeza del relato y el tema.
Seguramente, siguiendo el Realismo socialista generado de las políticas partidistas soviéticas, en Colombia, Clemencia Lucena fue la principal creadora de obras-denuncia. En cuanto a la poesía, personajes como Germán Pardo García escribieron al trabajo sindicalista; en Méjico, Pardo creó la mayor parte de su obra, por ejemplo “Canto a la fuerza sindical”, que dice: La fuerza sindical de los mineros / sostiene a esas brigadas en la sombra. / Sin u puntal el mundo quedaría / como perdido cofre en que tesoro / desguarnecidos por la causticidad del mar, se pierden…”
En cuanto a la Literatura, el escritor afamado mundialmente, de corte independiente pero comprometido políticamente, está Jorge Zalamea, sin que corresponda su obra al Realismo socialista. Otro poeta comprometido políticamente y explicitado en su trabajo es Luis Vidales, perteneciente a la corriente socialista.
Señala fechas clave, Gil Tovar, puntualizando la influencia del arte abstracto en los años 60, señalando a Alejandro Obregón como “pintor-pintor” por encima de mensajes e ideologías, sin olvidar que la violencia bipartidista -prolongada en el siglo veinte- lo llevo a concebir su obra “La violencia”, ganadora del Salón Nacional de 1962.
Fernando Botero en 1967 dijo: Es pura decoración, fácil decoración; por eso hay tantos pintores abstractos”, según lo cita Gil Tovar. En resumen, finaliza su libro sobre arte en Colombia, reconociendo expresiones como el Collage, el ensamblaje, la construcción y las instalaciones (arte conceptual). En 1994 publicó: La pintura no muere; se desplaza, y se extiende en el mundo de las expresiones artísticas a costa, eso sí, de abandonar con frecuencia sus relaciones con el cuadro. No es cuestión de entonar, pues, un responso por ella; parece más justo entonar un gaudeamus”.
Excelente investigación crítica enfocando el arte y la literatura en periodos similares y sus exponentes desde la óptica de las realidades colombianas
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. Gracias por el recorrido histórico en el arte y la literatura. Ardua investigación
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