Elige un lugar.
Ya lo tengo.
Háblame de él.
Más allá del Mississippi, lejos del mundo que conocemos, atravesando las tierras inhóspitas de los Pawnis y los nobles y leales Osages.
Cuéntame más.
Tierra de los wapitíes, de los osos grizzlis; de riachuelos habitados por hábiles castores; ciervos escondidos bajo enormes sicomoros calman su sed en manantiales de agua cristalina, rodeados por grandes bosques de robles blancos y rojos. Una tierra infausta y salvaje, de lobos blancos que aúllan a la luna al pie de las Montañas Rocosas; praderas infinitas, hogar de caballos salvajes que corren con el viento y cocean cualquier brida de sumisión. Ese es mi lugar. ¡Shhhh! Ahora escucha.
El Qué.
Allí vienen.
Quiénes.
Ellos. Los Bisontes. Huyen.
De qué.
De quién, dirás. De los cazadores de rostro pálido, de los indios guerreros, de la muerte.
Hacia dónde.
Hacia el límite del mundo.
Es hermoso.
Sí, lo es.
(Texto inspirado en el libro La Frontera Salvaje, de Washington Irving (Ed. Errata Naturae, colección Libros Salvajes)
(Fotografía de cabecera, Autor: John West Kenney)
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